Reavivamientos religiosos, aproximadamente de 1650 a 1750

El pietismo en Alemania.

Después de la Paz de Augsburgo de 1555, se esperaba que se hubiera resuelto el problema de la convivencia pacífica de los católicos y de los protestantes alemanes; sin embargo, la situación empeoró a pesar del principio (adoptado quince años antes) de que cada región debía tener su propia religión, y finalmente las dos confesiones se constituyeron en dos facciones políticas. La tensión llegó a un trágico clímax en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), que comenzó con la revolución de los bohemios contra el Santo Imperio Romano Germánico. El conflicto fue precipitado por intentos que se hicieron para instalar gobernadores católicos en distritos que eran definitivamente protestantes, con lo que se violaba la Paz de Augsburgo. Además de las razones religiosas de esta guerra, hubo también motivos políticos. Después de algunos años Dinamarca fue arrastrada al conflicto, y a continuación lo fueron Suecia y finalmente Francia. El momento dramático llegó cuando entró en el conflicto el rey de Suecia, Gustavo Adolfo, al sentirse obligado a ayudar a los protestantes que estaban en apuros en el continente europeo y, sin duda, también para lograr ventajas políticas para Suecia. En Lützen, 1632, los suecos obtuvieron una brillante victoria; pero allí fue muerto Gustavo Adolfo.

El ministro francés, el cardenal Richelieu, que abrogó parcialmente el edicto de Nantes, intervino en favor de los protestantes en la Guerra de los Treinta Años, porque su ambición en la escena política era aplastar a la Casa de Austria, que era católica, pero también enemiga tradicional de Francia en el continente europeo. La guerra terminó con el importante tratado de Westfalia (1648) que, en términos generales, proporcionó paz religiosa en la Europa occidental. También fue un detallado documento político para los países de la Europa occidental, pues en él se reconoció a una cantidad de nuevos Estados soberanos. Pero apenas hubo terminado la Guerra de los Treinta Años, Luis XIV invadió el Palatinado en tres ocasiones diferentes para saquear e incendiar. Esto originó una emigración masiva de alemanes, a muchos de los cuales dio la bienvenida Guillermo Penn en su territorio de Pensilvania que poco antes había adquirido en Norteamérica.

En menos de cien años el luteranismo, con el cual había comenzado la Reforma, se convirtió en un movimiento formalista y dogmático. Surgió lo que podría llamarse un nuevo escolasticismo en la Alemania luterana, basado en un sistema teológico complicado y sutil. Muchos luteranos temerosos de Dios, entre el clero y también entre los laicos de la iglesia, se alarmaron ante ese formalismo religioso. En 1621 Johann Arndt recordó a sus contemporáneos que para ser un buen luterano era necesario comenzar siendo un buen cristiano. En una obra importante titulada Vom Wahren Christentum insistía en una profunda vida cristiana y destacaba la importancia de la piedad personal.

En la revolución contra la tendencia hacia una teología dogmática y un ritualismo formalista, surgió un movimiento desorganizado, pero eficaz, conocido como el pietismo, cuyo principal propósito era revivir la religión personal y experimental. Su principal caudillo en Alemania fue Felipe Spener. En 1660 Spener se relacionó con jean de Labadie, ex sacerdote jesuita que más tarde se convirtió en pastor de la Iglesia Reformada. Labadie insistía en que se organizaran, donde fuera posible, pequeños grupos de estudio.

Felipe Spener (1635-1705) nació en Ribeauville, en Alsacia. Estudió teología en Ginebra y fue escogido como ministro en Francfort, en 1666. Aprendió de Sebastián Schmidt, en Estrasburgo, que un estudio detallado de la Confesión de Fe debía ser reemplazado por un estudio exegético de la Biblia. El prefacio de Spener en el libro de Arndt, Wahres Christentum, llegó a ser la parte importante del libro, y se publicó por separado en 1675 con el título de Pia Desideria. Alcanzó una circulación mucho más amplia que el libro del cual originalmente era sólo el prefacio. Pia Desideria contiene los principios básicos del pietismo. Spener recomendaba un estudio continuo de la Biblia en reuniones de hogar (en grupos privados) y pequeñas reuniones de edificación y estímulo mutuo llamadas collegia pietatis. Insistía en que hubiera una participación más directa de los laicos en los asuntos de la iglesia. Pedía que hubiera métodos más sencillos en la enseñanza de la Biblia, e instaba a los pastores a que fueran menos ritualistas y dogmáticos y siguieran más de cerca las Escrituras en sus sermones. Ponía mucho énfasis en el estudio de las profecías y despertaba un nuevo interés en la escatología, especialmente en el segundo advenimiento de Jesucristo. Spener fue llamado para ser pastor de varias iglesias grandes, especialmente las de Dresden y Berlín. Pero el verdadero centro del pietismo en Alemania fue Halle, donde él llegó a ser administrador de la universidad. Spener llamó a su discípulo, Augusto Hermann Francke, para que fuera profesor, e insistía en que la Biblia debía ser enseñada y estudiada mediante principios exegéticos. De esa universidad salieron los primeros misioneros luteranos en 1695.
Uno de los más importantes resultados del pietismo fue la formación de la iglesia conocida como Unitas Fratrum, o Unidad de los Hermanos, que fue fundada por el ahijado de Spener, el conde Zinzendorf (1700-1760). Zinzendorf era aún muy joven cuando entregó su corazón al Señor; así lo escribió en su diario después de sentirse impresionado por un cuadro de Doménico Fetti, que representaba al Salvador coronado de espinas. El cuadro tenía esta leyenda: "Esto es lo que he hecho por ti. ¿Qué has hecho tú por mí?" En su propiedad de Herrnhut, en Sajonia, recibía a protestantes moravos refugiados de la persecución. Zinzendorf tuvo el don de conseguir que hombres de diferentes orígenes y temperamentos vivieran juntos armoniosamente en una iglesia que él llamaba "Unidad". De los husitas tomó la forma episcopal, de los pietistas una confesión de fe conservadora, de los calvinistas una estricta disciplina moral, de los presbiterianos la organización eclesiástica y de los luteranos la enseñanza central de la justificación por la fe. Combinó todos estos elementos en una forma morava de cristianismo que se expresó en los bellos himnos moravos que han sido un consuelo para la iglesia en todo el mundo. Zinzendorf tenía una notable inclinación evangelística y misionera. Los laicos debían trabajar diligentemente en diversos aspectos de la obra misionera local, en evangelismo y aun en las misiones extranjeras.

El pietismo tuvo desgraciadamente una tendencia exclusivista, y entre algunos de sus miembros surgió una forma de orgullo religioso en los "colegios de piedad". A veces los pietistas recomendaban métodos artificiales para inducir a los hombres al arrepentimiento; pero a pesar de estas faltas, el pietismo fue un movimiento de reforma digno dentro de la Iglesia Luterana y ejerció una gran influencia en los primeros metodistas.

Reavivamiento religioso en Inglaterra; los metodistas.

Después de la Revolución gloriosa de 1688-1689 eran deplorables las condiciones morales y religiosas de Inglaterra. La Iglesia Anglicana, como la Iglesia Luterana, se había vuelto completamente formal en su culto y dogmática en su enseñanza. Era incapaz de elevar la visión de la gente o de ministrar a sus necesidades espirituales. Se necesitaba con urgencia un despertar, el cual comenzó en 1729, cuando unos pocos estudiantes de la Universidad de Oxford formaron un círculo religioso. Se los llamó despectivamente "metodistas" y a veces "el club santo" porque seguían un modelo metódico de vida, lo que incluía períodos regulares de ayuno, comunión semanal y oración en períodos señalados.

Juan Wesley (1703-1791), el líder del metodismo, siendo joven se relacionó con los moravos. Como sacerdote de la Iglesia Anglicana era sumamente cuidadoso en el cumplimiento de sus deberes religiosos y revelaba una enorme capacidad para el trabajo. En 1735 fue como misionero a Norteamérica para convertir a los indios. Cuando llegó a Georgia se encontró con un moravo, quien de buenas a primeras le preguntó si conocía a Jesucristo. A pesar de esa recepción inesperada, que lo resintió al principio, Wesley predicó ante grandes auditorios en Norteamérica; pero estaba dolorosamente consciente de que él mismo todavía no era un cristiano convertido.

Cuando regresó a Londres en 1738 disfrutó de su famosa y profunda experiencia religiosa. Mientras estaba en una reunión de los moravos, escuchó a un laico que leía el prefacio de la Epístola a los Romanos escrito por Martín Lutero, y sintió su corazón "extrañamente encendido", episodio que con frecuencia es considerado como la conversión de Wesley. Esa conversión evangélica, descrita en su propio diario, ocurrió el 24 de mayo de 1738. Cuando la Iglesia Anglicana le negó sus púlpitos a Wesley y a sus principales colaboradores especialmente a Jorge Whitefield, los metodistas comenzaron a predicar al aire libre, y después de 1739 se ocuparon de evangelismo popular. Organizaron a sus numerosos seguidores en una comunidad religiosa dividida en parroquias o "clases", encabezadas por pastores conservadores, a quienes se les pedía que se "trasladaran" cada tres años.

Wesley desplegó un talento excepcional como organizador y promotor. Teológicamente era arminiano, y por lo tanto se oponía al predestinacionismo determinista. Sus temas favoritos eran la perfección cristiana y la santidad. El metodismo cambió mucho el frío clima religioso de Inglaterra y trajo nueva vida y acción a la Iglesia Anglicana. También dio lugar a otros acontecimientos como la fundación de la Sociedad Misionera de Londres en 1795, la Sociedad Misionera de la Iglesia en 1799, la Sociedad de Tratados Religiosos en 1799 y la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera en 1804. El metodismo también tuvo influencia política y económica. La abolición de la esclavitud de los negros en las colonias británicas decretada por el parlamento en 1833 principalmente fue obra de Guillermo Wilberforce, quien recibió la poderosa influencia de los metodistas. Sin duda sería difícil precisar los efectos plenos de la predicación de Juan Wesley.

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